Una barba descuidada, un flequillo poco gobernado y la característica vestimenta de Jobs (jersey negro y vaqueros azules) le han bastado a Kutcher para ser un convincente clon del fallecido gurú sin tener que echar mano del maquillaje. El resultado final de esta serena metamorfosis lo veremos el año que viene en las pantallas (confiemos, ya que es una producción de bajo presupuesto, en contraste con «Jobs», la otra versión que está preparando Sony, en secreto, a lo grande y con guión de Aaron Sorkin).
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